viernes, 18 de noviembre de 2016

Mezquita omeya de Baalbeck

De nuevo me permito romper las reglas que me había impuesto al empezar a escribir este blog, pero hay visitas que merecen esta rebeldía. Más aún cuando se trata de la visita a un edificio omeya que aún queda en pie en esta parte del mundo.

Esta entrada la dedico a la Mezquita Omeya de Baalbek, en el valle de la Beqaa del Líbano.

La presencia omeya en el Líbano puede rastrearse en dos lugares principales, Anjar (pendiente de entrada) y Baalbek, pero no son los únicos. Tanto en Beirut como en Trípoli, Jbeil, Saida o Sur (Biblos, Sidón y Tiro) hay algunos elementos más.


Localidades con restos omeyas en El Líbano



Foto de la mezquita, tomada en torno a 1900, cuando Baalbek aún no aparecía en los folletos turísticos...

Esta mezquita data siglo I de la Hégira, es decir, de entre los siglos VII y VIII a.C. y se construyó sobre los restos de la iglesia bizantina de San Juan, que a su vez ocupaba parte del foro romano de la Heliopolis syriae. En la época omeya, la ciudad formó parte del distrito de Damasco, que queda bastante cerca, por cierto.

No es la única mezquita de la ciudad, pero sí la más grande. Tiene unos 60 metros de larga y 50 metros de ancha. Para levantarla se reutilizaron unas 30 columnas traídas de los templos romanos de la ciudadela, que queda muy cerca, de granito rosa y caliza, con capiteles corintios.


Otra imagen de finales del XIX-principios del XX de la mezquita

En general, la construcción es bastante similar a la mezquita Omeya de Damasco, de modo que si las cosas no cambian, lo mismo hay que cambiar de destino para ver una mezquita omeya... La principal diferencia es que ésta de Baalbek posee un alminar octogonal sobre base cuadrada, que se alza en la esquina noroeste del patio como una torre vigía, con evidente carácter defensivo.



En los muros de la mezquita, de unos 8 metros de altura, se encuentran algunas inscripciones-decreto mamelucas (1279-1516), datadas por el tipo de caligrafía que muestran.


Como tantos otros tesoros del patrimonio arqueológico libanés, la Historia, la guerra y el abandono destruyeron la mezquita, hasta que entre 1998/99 se restauró con fondos de la Fundación Hariri y actualmente está en uso, como espacio de oración y de festivales religiosos. La restauración ha tenido algunas críticas, ya que hay quien opina que la han dejado con un estilo más egipcio mameluco que verdaderamente omeya. Actualmente es un bien habiz o waqf, o sea es una propiedad religiosa.


La disposición de las naves es paralela al muro de la qibla, como sucede en la mezquita de Damasco y no perpendiculares, que es lo que sucede en la de Córdoba. En la siguiente foto está el miharab y viendo las líneas de la alfombra puede seguirse la disposición:


Miharab en arco de medio punto



Vistas de las naves (imágenes obtenidas hace muy pocos días)


Para visitar Baalbeck:

Desde Beirut hay que tomar la autopista que lleva a Damasco y en la localidad de Zahle, ya en el valle de la Beqaa (una vez que se ha pasado la cordillera del Líbano), se gira hacia el norte hasta llegar a Baalbeck. Hay carteles en inglés que llevan directamente a la zona del yacimiento y una vez allí, se puede visitar si no es el momento de la oración. Eso sí, hay que ir con luz diurna y tratar de evitar las fechas del Festival de Baalbeck (en agosto) porque se llena de gente y puede haber problemas para moverse.

Antes de llegar, hay que pasar por varios checkpoints, pero no supone ningún problema. Algunas embajadas recomiendan no viajar por esta zona, pero si no se sale de la ruta turística y de la carretera principal (una autovía que regaló el gobierno de Irán al pueblo libanés), no hay nada que temer. Es más, se puede y se debe visitar este lugar, porque es una maravilla.

Para saber más:

Rifai, Muhamed Toufic (1995): The restoration and renovation of the Umayyad mosque of Baalbek.  National museum news, N. 2. Beirut.

martes, 26 de abril de 2016

En los confines de Oriente Próximo

Pues no se trata de arqueología andalusí, pero sí de una exposición que pinta muy interesante,  en el Museo Arqueológico Nacional, hasta el 29 de mayo de 2016:


En los años setenta y ochenta del siglo XX, numerosos equipos científicos comenzaron a rescatar para la Historia de la Humanidad el pasado prehistórico de la Península Arábiga. Los antiguos textos mesopotámicos parecían referirse a algún lugar de ésta, cuando hablaban del lejano País de Magán y describían sus barcos negros, sus riquezas y sus gentes. Desde mediados de los años noventa y hasta ahora, intensas investigaciones desarrolladas en la Península de Omán han descubierto al fin la vida, el entorno y la Historia Antigua del país de Magán. En la región central de aquel mundo, más o menos en lo que hoy constituye el territorio del Emirato de Sharjah, se han producido muchos de los más notables hallazgos históricos y arqueológicos. Esta exposición viene a desvelar la imagen recobrada de un tiempo olvidado, gracias al esfuerzo de distintas misiones arqueológicas internacionales, el Departamento de Antigüedades de Sharjah y la misión española de la Universidad Autónoma de Madrid.


¡Merece la pena una visita!

jueves, 24 de marzo de 2016

Biblioteca andalusí de Tombuctú

Una buenísima noticia:

Se han entregado los primeros 23 manuscritos (150 legajos) del Fondo Kati, es decir, la Biblioteca Andalusí de Tombuctú a la asociación local Savama para digitalizarlos (tardarán unos 25 días en hacerlo) y algo más tarde, serán expuestos en 2017 para conmemorar el 550 aniversario de la marcha del juez Ali ben Ziyad al Katí con los primeros manuscritos que dieron lugar al fondo.

El siglo XIX en Mali fue difícil y los Kati distribuyeron su biblioteca entre los miembros dispersos de su clan. Los manuscritos se escondieron en aldeas perdidas, donde continuaron a salvo del expolio que el colonialismo francés sometió a otras bibliotecas. A finales del s. XX, la tradición oral, tan arraigada en comunidades tribales, facilitó a Yayé Diadié, patriarca del clan, la reunificación de los manuscritos. Se habían salvado del hombre, pero no de los insectos, los incendios, las inundaciones y las inclemencias de una conservación precaria. La historia de la familia Kati y la de su biblioteca se entrelazan y se confunden. Una y otros han sufrido convulsiones, saqueos y desastres. La biblioteca se ha reducido, pero cuenta hoy con unos 3000 manuscritos.

martes, 19 de enero de 2016

Albanécar

Albanécar, Alfarda, Alfarje, Alicer, Almizate, Arrocabe, Azafate, Jabalcón, Jácena, Taujel...

Palabras de origen árabe todas.

Se refieren a distintos elementos propios de la carpintería de lo blanco, es decir, de la usada en la construcción. Esta tarea requiere de maderas con fibras paralelas y que pudieran cortarse en piezas largas. Los árboles que responden mejor a estas necesidades técnicas son las coníferas y de ahí el nombre, de lo blanco, porque la madera de estos árboles (sobre todo los pinos) tiene un color muy blanquecino recién cortada.

Muchos de los lugares aquí citados tienen o tuvieron grandes artesonados de madera cuya construcción estaba en manos de esos carpinteros de lo blanco, extremadamente delicados y capaces de generar creaciones que perduran a lo largo de cientos de años y que aún nos dejan con la boca abierta y una buena tortícolis de tanto mirar hacia arriba.

El origen de la carpintería de lo blanco parece situarse durante el reinado nazarí de Granada y es un tipo de trabajo que aúna la tradición carpintera visigoda(1) con la estética árabe, dando lugar a creaciones como este artesonado del salón de los Embajadores de la Alhambra:


(1) Sobre este asunto, discrepo de la referencia original, ya que si bien he leído por ahí que la técnica proviene de los carpinteros visigodos, ahora mismo, viviendo en el Líbano, veo que en toda esta zona existe también una tradición carpintera y trabajos de armaduras de lazo desde época omeya y anterior. Sabiendo que los godos, antes de su llegada a la península ibérica, anduvieron por esta zona debido a las guerras romano sasánidas y a sus propios movimientos migratorios, me parece más razonable pensar que dado su carácter de pueblo nómada, estas técnicas de construcción tan refinadas (como también el uso del arco de herradura, ya presente en obras persas y bizantinas, como el que aparece en la catedral de Dighour, en la actual Armenia) las aprendieron en esta zona y luego las materializaron una vez asentados en el occidente.

Para saber el significado de las palabras anteriores y mucho más, este enlace:
http://www.albanecar.es/diccionario/

Para ver obras actuales de este modo de trabajo:
http://www.taujel.com/inicio/