miércoles, 2 de septiembre de 2015

Expo El legado de Al Andalus. RABA San Fernando Madrid.

Una exposición en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, no puedo verla antes de irme, mecachis...

El legado de al Andalus. Las antigüedades árabes en los dibujos de la Academia.


Del 23 de septiembre al 8 de diciembre de 2015, en la calle de Alcalá, número 13, Madrid. Metro Sol.

sábado, 27 de junio de 2015

hisn walmus, Castillo de Olmos, حصن

Mientras escucho la Nuba Rasd al-Dayl, que es preciosa, tengo noticia de otro yacimiento andalusí a punto de ser destruido por causa de la desidia institucional (hay dos carreteras que pasan por el yacimiento, siendo especialmente destructiva la nueva carretera CM-4004, que parte en dos el yacimiento, a la vez que provocó graves destrozos en el recinto fundacional del yacimiento). También por causa de la cantera de áridos en cuyos terrenos se encuentra, como sucedió ya hace algunos años con la Cueva de la Pila en Cuchía, Cantabria, destruida por un frente de cantera al que metían voladuras mientras estábamos trabajando en su excavación.

El recinto también sufre la destrucción de motos y quads que pisotean de manera continuada por todo el yacimiento, sin importar un ápice a nadie.




El triste lugar es Walmus (Olmos) un hisn حصن más del conjunto de husun حصون del valle del Guadarrama, en plena vía de comunicación de Toledo a las tierras al norte del Sistema Central.

La localidad actual a la que pertenece es El Viso de San Juan, provincia de Toledo, cuya web del ayuntamiento apenas habla del enclave. Walmus se construye en plena comarca de La Sagra Alta y perdió su importancia estratégica -como punto de apoyo a las expediciones dirigidas desde Córdoba hacia el Norte- en el momento de la caída del Califato. Se trata de un cerro en la margen izquierda del río Guadarrama y todavía son visibles una parte de sus edificaciones originales: Las excavaciones de urgencia llevadas a cabo en 2003 sacaron un campo de once silos de almacenaje de cereales, que no se ven. Este es un sistema para guardar los cereales (trigo y cebada, sobre todo) muy usado en toda la zona durante esa etapa, como puede verse también en la gran cantidad de silos localizados en madinat mayrit. Éstos de Walmus han proporcionado un buen conjunto de materiales cerámicos y óseos.

Los materiales cerámicos se encuentran enmarcados en un periodo que abarca desde los siglos X (como es el caso de los candiles) al XII. Igualmente se han localizado restos de fauna, cuyo buen estado de conservación ha permitido conocer que todas las especies halladas fueron procesadas por los ocupantes del poblado y después abandonadas y reaprovechadas por los carnívoros que carroñeaban los restos óseos desechados por el hombre. La ausencia de huesos quemados indica que los huesos eran descarnados y tras la descarnación, la carne se consumía, mientras que los huesos se abandonaban.

No hay casi especies silvestres representadas como ciervo, corzo o jabalí, destacando la ausencia de ciertos animales domésticos como los suídos (cerdos) mientras que el principal consumido es el de ovicápridos (70% de los restos localizados). Por otro lado, el consumo cárnico de otros animales como vaca, burro y perro parece estar atestiguado a través de las marcas de corte de algunos huesos. Entre los ovicápridos se puede ver que en ocasiones se aprovechan exclusivamente para carne. como lo demuestran algunos restos de individuos juveniles e infantiles. Sin embargo, la preferencia por este ganado se relaciona con el aprovechamiento de la lana o los lácteos, como reflejan las edades de los individuos adultos.

A juzgar por los restos localizados en las excavaciones, en torno al siglo X existía un arrabal, al que pertenecían los silos encontrados, pero sin fortificar por completo.
Una vez

La visita se hace cómo buenamente se puede, ya que no hay indicadores ni señalización. Se llega desde el norte, por la A-5 (Madrid-Mérida) en Valmojado tomando la carretera que une Casarrubios con Cedillo, o desde el Sur por la A-42 (Ctra. de Toledo) desde Yuncos.

PARA SABER MÁS:



lunes, 1 de junio de 2015

Curso verano UNED “Carpetania, Magerit, Madrid: Historia de Madrid”


El curso abordará el origen de Madrid desde sus primeros pobladores, con su fundación vinculada a Al Ándalus, hasta convertirse en capital del Imperio de los Austrias en 1561. Se analizarán aspectos como el urbanismo, la organización interna, el arte y los acontecimientos históricos más importantes.

Para el director del curso, Juan P. Rodríguez, la fecha de 1561 marca un punto de inflexión en la historia de Madrid y de España. Según Rodríguez, es muy importante analizar la trayectoria anterior de la villa para lograr entender como Madrid, sin ser una gran ciudad en 1561, es designada capital de todo un Imperio. En la pasada edición de los cursos de verano, ya organizó el Centro Madrid Sur de la UNED el curso “Madrid, de aldea medieval a gran ciudad”, y ahora el objetivo es analizar de manera más exhaustiva la historia de Madrid, desde sus primeros pobladores en la prehistoria, con su fundación y evolución durante la Edad Media, hasta su desarrollo y papel en la monarquía de los Reyes Católicos y de los primeros Austrias.

En el curso participarán profesores de la UNED, el cronista de la villa de Leganés, Juan Antonio Resalt, y el escritor del libro Tierra de Carpetanos, Diego Salvador Conejo. El curso se complementará con una visita guiada al Museo de Escultura al Aire Libre de Leganés.

El curso proporcionará 1 crédito ECTS para estudiantes de Grado y 2 de Libre Configuración para Licenciaturas, Ingenierías y Diplomaturas).

Sede organizadora: UNED Madrid Sur

Curso: Carpetania, Magerit, Madrid: Historia de Madrid

Lugar: Centro Cívico José Saramago de Leganés

Fecha: Del 13 al 15 de julio de 2015

Director: Juan P. Rodríguez Hernández

Codirector: Jorge Alguacil González-Aurioles

Coordinador: Tomás García Villanueva 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Castillo de Castril, provincia de Granada, حصون , حصن


Castril (conocido hasta hace poco como Castril de la Peña) es una localidad del Altiplano granadino, al noreste de la provincia, que linda con el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Viñas.

Posee un potente patrimonio arqueológico, tanto romano como medieval (con restos almohades y nazarís: una fortaleza, acequias y molinos fluviales). Ello se debe a la gran peña que da nombre al pueblo, desde cuya cima se ve una amplia extensión de las depresiones de Baza y Guadix, junto a las primeras estribaciones de la Sierra de Castril. El agua la proporciona el mismo río Castril, que discurre en el fondo del cortado de más de cien metros de altura en el que se situaba el hisn حصن  al Qastal originario almohade (construido sobre un campamento romano o castrum), que Mohammed Ibn Abu Bakr al-Zuhr, geógrafo granadino 1161, lo describe en su Kitab al jaghrafiyya (Libro de Geografía) como una fortaleza en cuyo patio había una gran piedra lisa de la que brotaba tal cantidad de agua que podría mover ocho piedras de molino.


Durante el periodo nazarí fue un puesto clave para el control del pasillo del Guadiana Menor, que comunicaba las ciudades de Baza y Guadix con el norte de al Andalus y fue zona de confrontación entre los castellanos y los granadinos.

Una vez se produce la conquista de Murcia, se fijó la frontera del reino nazarí mediante un sistema de husun حصون  para control del perímetro de la misma y Castril formó parte -como punto clave por su situación- de esa línea.



Una de las peculiaridades del castillo de Castril es que se construye adaptándolo a la topografía de la peña, aunque del original queda poco más que algunos muros y bastiones. Se aprecian dos niveles de edificación diferentes, siendo el más elevado el que se dedicó al servicio de la guarnición militar y nobles dirigentes, mientras que el inferior guardaba a la población civil.

Los trabajos de restauración que se hicieron en este lugar en el año 2013 pudieron localizar aljibes, la mezquita, diversas torres y murallas, algunas canalizaciones (qanat), adarves y estancias diversificadas.

La visita es obligada, porque además, se encuentra cerca el Museo Etnográfico del Parque Natural de la Sierra de Castril, en la carretera a Pozo Alcón, km. 0,2. y patearse la Ruta de los primeros pobladores de Europa, que pasa por Orce y otros yacimientos pleistocenos harto interesantes.

Para acudir a visitar la Peña de Castril informan en este número: 958 720 270

viernes, 24 de abril de 2015

XIV Marcha a Calatalifa, Qal`at al-Jalifa, Calatalifa, قلعة الخليفة



Qal`at al-Jalifa, Calatalifa, قلعة الخليفة


Ecologistas en Acción del Suroeste de Madrid y de Villaviciosa de Odón organizan el domingo 26 de abril una marcha para dar a conocer los restos arqueológicos de la antigua ciudad árabe de Calatalifa situados en el término municipal de Villaviciosa de Odón muy cerca del de Móstoles y en pleno Parque Regional del Curso Medio del Rio Guadarrama.

Como ya es tradicional, el Grupo Ecologista Kalatalifa-Ecologistas en Acción del Suroeste de Madrid, junto a Villaviciosa Ecológica-Ecologistas en Acción de Villaviciosa de Odón, organizan el próximo domingo 26 de abril, en plena primavera, una marcha para dar a conocer los restos arqueológicos de la antigua ciudad árabe de Calatalifa situados en el término municipal de Villaviciosa de Odón muy cerca del de Móstoles y en pleno Parque Regional del Curso Medio del Rio Guadarrama.

Este año será la decimocuarta marcha y para celebrar la vuelta del interés público por el yacimiento, tras la caída el año pasado de parte del arco de un aljibe, en esta ocasión saldremos desde el aparcamiento de la estación de Cercanías de Móstoles El Soto (a las 9:30) y desde el cruce en Villaviciosa de Odón de la calle Cueva de la Mora con la M-501 (a las 10:30). Esta doble marcha confluirá sobre el mediodía en el yacimiento de Calatalifa, en la que historiadores y arqueólogos nos informarán sobre el pasado de estas ruinas.

Además, durante la marcha desde Móstoles se ofrecerán diversas explicaciones de los restos arqueológicos y recursos ambientales y paisajísticos existentes en la zona.

Después de visitar Calatalifa se retornará a Villaviciosa de Odón para llegar allí sobre las 14:30 horas y también habrá posibilidad de comer junto a la ribera del río Guadarrama para regresar a Móstoles sobre las 18 horas por otro recorrido.

Con esta marcha denunciamos el olvido que sufren los valores arqueológicos y paleontológicos presentes en la zona y además también reclamamos el uso de caminos públicos y vías pecuarias que son constantemente agredidas mientras las administraciones miran hacia otro lado. Además nos parece una buena forma de pasarlo bien mientras damos a conocer los valores medioambientales y culturales de la zona.


miércoles, 25 de febrero de 2015

Alquería de Las Sillas (Marcén, Huesca), قرية

Las Sillas, una aldea andalusí en el entorno del año Mil



Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el yacimiento de Las Sillas o Las Cías (Marcén, Lalueza, provincia de Huesca) forman parte de un amplio estudio de la población andalusí en la aragonesa Comarca de los Monegros, durante los siglos VIII al XI. En este proyecto trabajan conjuntamente distintas instituciones francesas y españolas: la Casa de Velázquez, la Diputación General de Aragón, la  Comarca de los Monegros y el UMR 5136 (FRAMESPA, de la Universidad de Toulouse-2). También han participado en las excavaciones estudiantes de las universidades de Barcelona, Toulouse-2, Valladolid y Zaragoza, desde el año 2010 en adelante.


Tanto las fuentes escritas como las distintas campañas de prospección realizadas en el sur de la provincia de Huesca, han revelado la existencia de numerosos asentamientos rurales, hasta ahora inéditos. Tras las excavaciones en varios de ellos, como Piracés, Gabarda o La Iglesieta (en Usón), el de Las Sillas (Marcén) -que pasó a manos del rey Pedro I de Aragón en el año 1102- ha documentado materialmente cómo fueron las actividades y la vida cotidiana rural en esa cronología y en esta parte de la Marca Superior de al-Andalus, cuestión sobre la que las fuentes árabes son particularmente silenciosas.

Las excavaciones, que se vienen realizando desde el año 1987 con mayor o menor intensidad, han puesto al descubierto un vasto hábitat correspondiente a los siglos IX-XI, fundado en la etapa del Califato Omeya y situado en un cerro amesetado sobre el valle del río Flumen (a 420 m. de altitud) que termina en un cortado en su extremo y que está compuesto por dos grandes áreas bien diferenciadas.

1. El sector I al este de la calle principal, en el que se identifican dos edificios, el A o mezquita-oratorio o musalla المصلى (la mezquita es un lugar reservado para las cinco oraciones obligatorias mientras que la musalla es un lugar dedicado a oraciones ocasionales, como las de las festividades o las fúnebres-), bien orientada como se aprecia en el muro de la probable qibla,  con una superficie de 60 m² y dos naves separadas por columnas muy gruesas, de grandes capiteles; un probable miharab, formado por un arco de herradura delicadamente elaborado y un patio rectangular (sahn) en cuyo centro se sitúa la fuente para abluciones. Toda este espacio estaba rodeado por un tapial de mampostería que descansa sobre dos camas de piedra cuidadosamente tallada. Se entraba al edificio por un zaguán abovedado, cuyo suelo estaba formado por grandes losas de piedra arenisca. Por otra parte, el edificio B se interpreta como la residencia de la persona encargada de la oración. Es, pues, un espacio de uso colectivo, con relaciones sociales habituales entre los habitantes del asentamiento, según los hallazgos de materiales arqueológicos en este sector. La zona de viviendas propiamente dicha se concentra en el sector II, que es el más extenso de todo el yacimiento.


2. El sector II, al oeste, se organiza a partir de la citada calle central, que lo dividía en sectores de extensión similar. También se localizaron varias calles en pendiente, para evacuar aguas mediante un canalillo excavado en la roca. En su lado norte, hay casas de 90 a 120 m², parcialmente excavadas en la roca y que tienen de cinco a ocho habitaciones, accesos centrales en forma de codo -lo cual permite relacionarlas con el urbanismo islámico más característico- y un barrio de talleres artesanales en la pendiente sur. Las construcciones parecen estar pensadas para ocupar la totalidad del espacio, es decir, que se trata de un espacio planificado. La organización que se aprecia, aunque no es claramente urbana, no difiere mucho de ella. La pendiente sur fue usada también como cantera y lugar de almacenamiento de víveres, según la presencia de numerosos silos y aljibes en ella.


El material recogido en las excavaciones se compone de cerámica, metales, piezas de vidrio, industrias líticas, fauna y restos vegetales.

La cerámica, que es el material más abundante, está muy fragmentada y apenas se han podido recomponer algunas piezas. Cabría preguntarse si es una cerámica usada, como material para las construcciones  o si, sencillamente, se trata de basura. En general se trata de un conjunto homogéneo y coherente para este tipo de asentamientos, en esas fechas. Los fragmentos más abundantes son componentes de piezas para transporte y almacenamiento, que llegan al 42%, lo que se explica por la inexistencia de agua en las casas y por la necesidad de almacenaje. A continuación, alcanzando el 26%, se encuentran los servicios de mesa, con piezas como jarritas y jarritos. el ajuar de cocina se compone de ollas (con asas), pucheros (con una sola asa) y cazuelas, que representa un destacado 19% del total de las piezas cerámicas.



En su conjunto, la cerámica es bastante homogénea, tanto desde el punto de vista formal, como por su decoración. El mayor porcentaje corresponde a piezas no vidriadas (76%), corriente en un asentamiento de esta época y este tipo. En general, las cerámicas de almacenaje y de cocina no parecen revestidas de vidrio, ya que este no se generaliza hasta el siglo XII. De todos modos, son abundantes los ataifores con repie anular y decorados con trazos de manganeso sobre un fondo melado, que deben datarse en el siglo XI. También destacan las redomas vidriadas en melado, algunas piriformes. Son ajuares de una época plenamente califal, que permanecen hasta el siglo XI. Unas vajillas tan variadas y ricas nos acercan a un estándar no exactamente campesino. En tales fechas la homogeneización de las producciones cerámicas es un hecho constatable en numerosos yacimientos, que aproxima los asentamientos rurales a las formas de vida urbanas.

El metal es mucho más escaso que la cerámica. Sin restos de armas, aparecen clavos y objetos de mobiliario. El vidrio basta para poner de manifiesto que su difusión va más allá de los límites urbanos de las grandes medinas de la época.

La industria lítica está formada por pesas de telar, piedras de afilar y muelas de molinos de mano, tal como corresponde a un asentamiento en el que se llevan a cabo procesos de transformación industrial más o menos elementales, destinados al consumo de la misma población que los fabricó.

Los restos de fauna recuperados en los hogares en los que se cocinaba presentan una gran diversidad. Van desde rumiantes a pájaros, destacando los ovicápridos (88,7%) como corresponde a los hábitos alimentarios de los andalusíes, especialmente en un contexto campesino.


Las Sillas nos presenta un contraste con el modelo creado por algunos arqueólogos e historiadores franceses, sobre todo A. Bazzana, P. Cressier y P. Guichard, en el que las alquerías surgen a la vez que los hisn, a los sostienen en colaboración con el Califato estatal. En este caso, Philippe Sénac, uno de los principales investigadores del yacimiento, nos presenta Las Sillas como un modelo contrario, fortificados, bien defendido y ocupación estable. Los campesinos que viven en su interior tienen un buen nivel de vida y no están al borde de la pobreza. No se les puede considerar dependientes de propietarios urbanos. La cerámica muestra una cierta relación con el mercado de la ciudad, pero de la excavación se infiere que tienen un grado elevado de autosuficiencia. El poder estatal y los linajes instalados en el territorio parecen ser los responsables de la formación de estos hábitats planificados. Pero no sabemos de dónde vienen sus ocupantes (bereberes, población exiliada, élites urbanas venidas a menos...). Además, no conocemos suficientes asentamientos anteriores a la cronología citada (siglos x-xi) de dónde pudieran proceder estas gentes. El abandono de Las Sillas se produce poco antes de los albores del siglo XII y su estudio, junto al de los otros yacimientos reflejan claramente la profunda islamización del valle del Ebro y la influencia de los importantes linajes urbanos en el medio rural.


PARA SABER MÁS:

Philippe Sénac, con la colaboración de José Miguel Pesqué Lecina, Un « village » d’al-Andalus aux alentours de l’an Mil. Las Sillas (Marcén, province de Huesca), Toulouse, Méridiennes, 2009, 151 p.

PARA VISITAR EL YACIMIENTO:

Se llega caminando desde el depósito de agua del pueblo, por la pista que lo rodea, visible desde la Calle Alta de Marcén. La visita está acondicionada bajo el programa LEADER de musealización de los yacimientos de la Marca Superior de Al Andalus. También podemos continuar la llamada Ruta de los Torollones, que incluye observatorios de aves y localidades de la comarca.